La reforma se basa fundamentalmente en la creación de una Línea de Crédito Flexible (FCL, por sus siglas en inglés), con la que los países podrán solicitar préstamos sin tener que responder a los exigentes requerimientos del Fondo, explicaron hoy funcionarios del FMI en una rueda de prensa.
Desde hace años, la institución financiera ha sido criticada por exigir a las naciones en desarrollo que le piden financiación compromisos tan duros que incluso merman su crecimiento.
Países como Corea del Sur y Singapur han llegado a abstenerse de solicitar fondos al FMI por este mismo motivo. En estos momentos de crisis, el organismo multilateral busca una mayor participación de las naciones emergentes, por lo que ha decidido crear una línea de crédito más flexible, que no exigirá compromisos financieros y, además, duplicar el volumen de fondos disponibles para ayuda.
Los créditos se aplicarán a los países que apliquen políticas económicas firmes. La línea de crédito podrá ser usada por un periodo de seis o 12 meses.
Entre las naciones que se podrán acoger a estas ayudas destacan las de Europa del Este, que han sufrido los efectos de la crisis con unas menores exportaciones y una retirada de los inversores extranjeros.
Esta situación ha hecho tambalear el sistema bancario europeo, debido a los vínculos comerciales que han mantenido los bancos occidentales con las economías del este europeo.
En una declaración, el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, indicó hoy que "estas reformas representan un cambio significativo en la forma en que el Fondo ayuda a los Estados miembros, algo que es especialmente necesario en estos tiempos de crisis".
"Más flexibilidad en nuestros préstamos, junto con unas condiciones más ligeras, nos ayudará a responder de manera efectiva a las necesidades de los países miembros", añadió.
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