De acuerdo a los datos actualizados del informe semestral "Perspectivas Económicas Globales", España terminará el 2010 en recesión, con una contracción de su PIB (Producto Interior Bruto) del 0,3 por ciento. Y para el 2011, las previsiones de crecimiento se limitan a un raquítico 0,7 por ciento. Magnitud claramente insuficiente como para facilitar la recuperación del mercado laboral y que supone casi la mitad de las estimaciones barajadas por el Gobierno español.
En el frente del desempleo, los vaticinios de crecimiento anémicas también quedan reflejadas en las últimas previsiones laborales del FMI. Ya que España seguirá sin comparación posible en el contexto europeo, con una tasa de paro para este año del 19,9%, y un 19,3% para el que viene. Mientras que la inflación será del 1,5% para el 2010 y el 1,1 por ciento en el 2011. Con un déficit por cuenta corriente equivalente al 5,2% del PIB este año y al 4,8% el año que viene.
De acuerdo a las apreciaciones del Fondo Monetario, España y el resto de países europeos que más han sufrido con la actual crisis comparten problemas fiscales y de competitividad. Lo que les supone un grave lastre dentro de una recuperación económica que por lo menos en el Viejo Continente se presenta con falta de ímpetu y un tono desigual. Como queda ilustrado, por ejemplo, en la disparidad de las tasas de crecimiento previstas para este año en Alemania (3,3%) y Grecia (-4,0%)
Como principales riesgos para las economías europeas, el FMI señala los problemas reiterados en el frente de la deuda soberana y la dependencia que tienen las instituciones bancarias de respaldos gubernamentales. Según los cálculos avanzados esta semana por el Fondo, la banca de todo el mundo necesitará refinanciar en los próximos 24 meses deudas por valor de casi cuatro billones de dólares en deuda. Con un tercio en poder de bancos europeos, aunque en ese sentido España tendría unas de las mejores perspectivas dentro de la zona euro.
En términos de todo el mundo, el Fondo Monetario Internacional habla de una recuperación bastante frágil y con dos velocidades, es decir que progresa a mejor ritmo entre las economías emergentes que entre las desarrolladas. Con previsiones de que el PIB global logre crecer hasta un 4,8 por ciento este año y consiga también acumular un 4,2 por ciento durante el 2011.
Para las economías más avanzadas, el Fondo insiste en que se acelere la reparación y la reforma del sector financiero. Además de un esfuerzos serio en lo referente al ajuste fiscal, con la petición de empezar a contemplar recortes presupuestarios adicionales que permitan un cierto margen de maniobra fiscal en caso de ralentizarse todavía más las perspectivas de crecimiento.
Fuente: Economia-es.com
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