"Padre, deseo confesarme con usted. Me siento muy mal porque le tengo fobia a las mujeres, y cada vez que veo una, la agarro a golpes."
El sacerdote le dice: "Bueno, hijo mío, lo importante es que estés arrepentido. Yo no te voy a hacer rezar padres nuestros, sólo debes hacer lo siguiente: apenas salgas a la calle, le das 50 dólares a la primera mujer que veas y de esa forma serás perdonado."
El señor sale a la calle y en una esquina ve a una mujer, se le acerca y le entrega 50 dólares. La mujer pone cara de sorprendida y le dice:
"Oiga señor, que se ha creído, son 100 dólares."
"¡Pero el sacerdote me dijo que le diera 50 dólares!"
"¡Es que debe usted saber que el sacerdote es cliente antiguo!"
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